Lima y la sierra: historia de dos espacios geográficos


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Son más que conocidas las diferencias entre Lima y el resto del país; esto se agrava cuando hablamos de la cierra. Lima y la sierra son dos espacios geográficos contrastantes dentro del territorio peruano.

Durante la historia fueron escenarios antagonistas, situación motivada por conflictos políticos, sociales y económicos. Sin embargo, Perú ha logrado limar las asperezas en ambos pueblos debido a la relación cada vez más abierta entre el campo y la ciudad.

Lima: nueva capital peruana

Lima renació de las cenizas luego de un siglo XX azotado por la violencia y los problemas económicos. Desde el 2016 figura en el listado de las mejores ciudades para emprender publicado en la revista América Economía. En el 2019 fue sede de los Juegos Panamericanos y es un destino turístico atractivo.

En los últimos años Lima se ha convertido en la capital de la gastronomía mundial. Numerosos chefs de distintos continentes visitan los mejores restaurantes de la localidad para vivir una experiencia enriquecedora.

Han existido grandes diferencias entre la Sierra y Lima. La capital empezó a ser el centro de gestión de la cultura peruana mediante la incorporación de todas las manifestaciones nacionales. La inversion de tiempo y recursos en rescatar el sustrato ancestral, ha transformado a Lima en un lugar único. Sin duda, Lima es una nueva capital.

La sierra: un panorama histórico

Desde la época prehispánica, la sierra ha demostrado ser el epicentro de una cultura independiente a lo que luego se conocería como Perú.

Los asentamientos del imperio Inca fueron el inicio de un desarrollo importante de la economía, la política e incluso el arte en general. Es por esta razón que los pobladores del territorio andino han manifestado una actitud de autonomía frente a la ciudad.

A pesar de los cambios que introdujo la llegada de la colonia española, la zona de la sierra mantuvo su identidad. Esto se debe a la discriminación y avasallamiento de la comunidad indígena que aun pervive en la dinámica de ciertas poblaciones concentradas en los Andes peruanos.

Contexto histórico entre Lima y la Sierra

Esta escasez de diálogo entre Lima y la Sierra ha dejado en estado de vulnerabilidad a las diferentes etnias que conforman el territorio andino. En el siglo XX se empezó a gestar un movimiento terrorista en la década de 1960, que acabaría con gran parte de los nativos que habitaban la zona entre 1980 y 1990.

El sendero luminoso, encabezado por su líder Abimael Guzmán, a quien llamaban “el presidente Gonzalo” sería el ejecutor de múltiples agresiones contra el pueblo indígena. Durante años atemorizó a la sierra, logrando reclamarla como zona terrorista. No obstante, una vez que sometieron a los andes, Lima fue el blanco de varios atentados.

Conflictos entre Lima y la sierra contemporáneos

Sendero Luminoso era un grupo de izquierda radical que se separó del Partido Comunista Peruano proclamando la ideología maoísta. Sus miembros se trasladaron principalmente a la Sierra central desde donde iniciaron un conflicto armado de guerrillas contra el Estado peruano.

Si bien las fuerzas armadas de Sendero aniquilaron a todo representante estatal, igualmente eliminaron y esclavizaron a etnias enteras como es el caso del holocausto de los Ashaninkas.

En efecto, han existido diferentes episodios que han dejado heridas recientemente. Entre ellos se encuentran:

  • Hasta el 2015 las fuerzas de Sendero Luminoso oprimían a dicha población perpetrando crímenes de lesa humanidad.
  • Entre 1986 y 1989 se intensifican los atentados terroristas en la capital de Perú. Se calcula que en este período hubo unos 1000 ataques a través de coches bomba. En 1992, durante el gobierno de Fujimori, es capturado Abimael Guzmán junto con gran parte de su cúpula.
  • Los ataques disminuyeron considerablemente, pero hasta el 2021 se han adjudicado algunos conatos de violencia a Sendero Luminoso. Uno de ellos fue el asesinato de 16 personas en San Miguel de Ayacucho, una las áreas aun controladas por el terrorismo.

Actualidad entre Lima y la sierra

Aunque se ha logrado combatir la intolerancia política y social que marcó el siglo XX, en la actualidad se plantea un gran reto con respecto a la integración de los nativos. Ramón Pajuelo Tévez, en su libro Participación política indígena en la Sierra peruana, afirma que se están dando avances prometedores pero no exentos de dificultades.

Según el autor, la persistencia del racismo en combinación con la reticencia del Estado peruano se presentan como grandes retos a superar. Aun así, no subestima los intentos de construir una sociedad más justa mediante un proceso de cambio que se está abriendo paso en el presente. Esto es posible gracias a la etapa de tregua que ha conseguido empezar a sanar heridas de larga data.

Consideraciones finales

La Sierra es el foco ancestral del Perú, allí se encuentra la memoria milenaria nacional. Esta cara mágica y fascinante ha logrado impregnar parte de la cultura citadina con el aumento de la tolerancia social.

En consecuencia, Lima ha abrazado su pasado, invitándolo a formar parte de la totalidad. Se espera que este primer paso dé lugar a una comunidad más participativa y pacífica.